Elecciones generales
Decía Jesús Quintero que iba a votar a quien menos le prometiera, porque sería el que menos le defraudaría. Y la verdad es que tiene bastante razón.
A mi no me gusta hablar de política, los que me conocen lo saben, pero hace poco vi una entrevista en un programa de la tele que refleja bastante bien la situación de los españoles ante éstas elecciones generales.
El programita consistía en una entrevista en la que a cada candidato (Rajoy y Zapatero, de los demás pasaban, claro) contestaba a unas preguntas del estilo ¿Qué periódico compras? ¿Cuánto dinero llevas en el bolsillo? y esas cosas que, en teoría, sirven para ver el lado humano de los políticos (paradoja?)
El caso es que mientras que Zapatero contestaba demasiado sinceramente (en apariencia), las respuestas de Rajoy eran quizá demasiado "populares" para ser ciertas (incluso se equivocó y habló de pesetas en vez de euros, que mono).
¿A quién votamos? ¿A alguien demasiado inocente para darse cuenta del juego político en que se está metiendo? ¿O a un demagogo capaz de mentir para conseguir más votos? Después de ver lo visto, y parafraseando a Master & Commander, en política, como en la marina, no nos queda más remedio que escoger al ani-mal menor.
A mi no me gusta hablar de política, los que me conocen lo saben, pero hace poco vi una entrevista en un programa de la tele que refleja bastante bien la situación de los españoles ante éstas elecciones generales.
El programita consistía en una entrevista en la que a cada candidato (Rajoy y Zapatero, de los demás pasaban, claro) contestaba a unas preguntas del estilo ¿Qué periódico compras? ¿Cuánto dinero llevas en el bolsillo? y esas cosas que, en teoría, sirven para ver el lado humano de los políticos (paradoja?)
El caso es que mientras que Zapatero contestaba demasiado sinceramente (en apariencia), las respuestas de Rajoy eran quizá demasiado "populares" para ser ciertas (incluso se equivocó y habló de pesetas en vez de euros, que mono).
¿A quién votamos? ¿A alguien demasiado inocente para darse cuenta del juego político en que se está metiendo? ¿O a un demagogo capaz de mentir para conseguir más votos? Después de ver lo visto, y parafraseando a Master & Commander, en política, como en la marina, no nos queda más remedio que escoger al ani-mal menor.
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